By Javiera Henríquez
La mala suerte
En 2023 tuve la suerte de conseguir un cupo para la Maratón de Berlín, pero un noble cáncer de tiroides me golpeó incluso peor que el muro del km 30.Tras dos cirugías, perdí mi tiroides y casi un brazo. Gané un bypass, anticoagulantes y medicamentos de por vida.
Lo bueno de esto, es que me guardaron el cupo para correr la maratón al siguiente año.
En 2024, otro nódulo cancerígeno aparece y tengo que someterme a un nuevo tratamiento. A los días de esto, uno de mis mejores amigos fallece trágicamente en un accidente. No quiero mentirles, aquí toqué fondo y no habían días felices. Culpo a las hormonas del radioyodo, al duelo y a la vida.
La Buena Suerte
En esta triste etapa de mi vida, tuve la fortuna de conocer y caer en manos de la mejor coach, la Vale. En nuestra primera entrevista, planificamos el entrenamiento y me dijo: “Va a ser tu mejor retorno a las pistas”
La primera semana fue ruda, a pesar de que la Vale comienza de manera progresiva. El día que corrí mi primer largo, llovió torrencial
y terminé vomitando en la última serie. Honestamente pensé que no iba a lograrlo.
Sin embargo, cada semana iba notando pequeños cambios, llevándome a correr mi mejor 21km en 1:51:00 y correr dos largos
de 30 km con excelentes sensaciones.
El Gran Día
Lo bueno de Berlín es su recorrido plano y el clima que es fresco, sin embargo, este día nos recibió con un sol tremendo y mi hora de largada no ayudaba con el horrible calor que sentía ya a esa altura.
Los primeros km los corrí tranquila. En el km 8 una chaqueta amarilla adicta a los geles, me mordió el dedo, y como uno es anticoagulada, seguí corriendo con la mano llena de sangre por varios km.
Mi objetivo era correr en menos de 4 horas, pero desde el comienzo zigzaguee más de la cuenta, sumando kilómetros extra a mi recorrido, así que no sabía exactamente a qué ritmo iba corriendo. En el km 40, sentía que se me escapaba el sub 4, pese a esto no me
rendí. Seguí corriendo.
Cuando veo la puerta de Brandenburgo, me queda menos de un minuto para cruzar y llegar hasta la meta. Estaba a segundos de lograrlo. De pronto, aparece Fridolin, la mascota del evento y me levanta las manos para que choque los cinco, el problema era el
tiempo, si hacía lo que me pedía, iba a perder esos segundos que no tenía. Pero…como uno es porfiada, corri más rapido, salté, le di los cinco y seguí corriendo como si mi vida dependiera de ello!
Al cruzar la meta no sé si he logrado el gran objetivo. De lo que sí estaba segura era que había corrido sin parar, no había aparecido el muro y mi brazo seguía rosado y vivo. Cuando me encuentro con mi esposo, le pregunto y le ruego prácticamente: “Dime que
hice menos de 4 horas”.
Me mira y responde riéndose: “Hiciste 3:59:45 segundos”. Lo había conseguido: Mi primer sub 4!! Estoy 100% segura que no lo hubiera conseguido sin el tremendo entrenamiento de mi querida coach. Gracias Vale por tanto, bajé 29 minutos de mi mejor marca y definitivamente fue el mejor retorno a las pistas.
Por: Javiera Henríquez
Maratonista Aficionada
Berlin Marathon 2024
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